miércoles, 3 de septiembre de 2014

El arte textil entre los nahuas, breve síntesis del artículo de Josefina Fernández.

            El oficio de la fabricación de textiles es uno de los más antiguos en nuestro país, pues data del periodo Preclásico. Sin embargo, pocas son las piezas que han sobrevivido al paso del tiempo, por lo que las fuentes mediante las que podemos obtener información al respecto son principalmente historiadores y cronistas.
            Sabemos, por ejemplo, que las fibras usadas eran de origen natural, como el algodón, el henequén, la palma, pelo de conejo, plumas y fibras de maguey; que se tejían en telares que poco o nada difieren de los telares de cintura utilizados todavía por comunidades indígenas y que se teñían con colorantes de origen mineral, vegetal y animal (cochinilla).
            Conocemos también el nombre de algunas prendas, como el máxtlatl (taparrabo) y el tilmantli (capa) que usaban los hombres o el cuéitl (falda) y hupilli (blusa) de las mujeres. También sabemos que estas prendas recibían diferente nombre según su color, forma y ocasión de uso.
            Otra información importante que conservamos son los diferentes usos que tenían los textiles para los nahuas: como moneda para la compra de esclavos, como decoración en casas de la nobleza y para la fabricación de objetos de uso diario como tapetes, bolsas, etc. E incluso sabemos la función social que desempeñaban al distinguir un estrato social de otro, pues, dependiendo de los materiales usados y la cantidad y diseño de las decoraciones, se podía saber si una persona era del pueblo común, si era sacerdote o gobernante.
            Además, se contaba con ropas de uso común y otras de uso ceremonial, utilizadas durante festividades específicas. También se utilizan textiles como regalos en grandes festejos como agradecimiento a los invitados y, en el caso de grandes señores, formaban parte de las ofrendas mortuorias.
            Por último, podemos mencionar la Ceremonia del Fuego Nuevo (inicio de un nuevo ciclo de 52 años) como el periodo de mayor producción de textiles, pues al tener que ser renovados completamente todos los artículos que se usaban, crecía la demanda de estos, por lo que los artesanos tejedores se esmeraban especialmente en estos días por mostrar sus habilidades, que posteriormente podían ser gratificadas al ser conocida la calidad de sus trabajos.
            Esto es solo una pequeña parte de toda la historia del arte textil en México, que sigue evolucionando y manifestándose de formas muy diferentes en prácticamente todos los rincones del país.

Bibliografía.

Fernández Barrera, J. (1965). El arte textil entre los nahuas. En Garibay K., Á., León-Portilla, M. y López Austin, A. (eds.) Estudios de cultura náhuatl. Volumen V. (pp. 143-152). México: Universidad Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Históricas.
______________________

     Dejo un link a la versión en PDF de esta publicación para quien desee consultarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario